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La práctica del bodisatva Jamás Despreciar proyectada al mundo entero


Disertación

Largo es
el camino para propagar
la Ley Mística;
alentémonos siempre unos a otros
y avancemos juntos.


Tengo los más hermosos recuerdos de este poema, que mi maestro Josei Toda —el segundo presidente de la Soka Gakkai— escribió hace 65 años (en 1955), en el inicio de un año nuevo, para los discípulos que luchábamos a su lado. Está grabado en un monolito que adorna el patio norte de la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu (en Shinanomachi, Tokio), que en noviembre cumplirá su séptimo aniversario.


Hacia la gloriosa cumbre de nuestro centenario


La travesía del Kosen-rufu es la aventura de propagar la Ley Mística. Esta ruta concuerda con la transmisión del budismo al oeste, que es el retorno de su esencia desde el Japón hasta la India —su tierra de origen—, y su proyección de allí al mundo entero. Cada vez que leo el poema de mi maestro, renuevo la determinación de perseverar en el largo camino del Kosen-rufu mundial, eternamente unido a él y a mis camaradas.

Este año es el 90.° aniversario de la fundación de la Soka Gakkai. En el transcurso de nuestra impresionante gesta del Kosen-rufu, un camino sin fin, hemos resistido el asedio de tempestuosas adversidades, y hemos escalado montañas tras montañas de dificultades. Ese viaje ha continuado imperturbable en todo el mundo y, hoy, finalmente tenemos a la vista la cima gloriosa de nuestro próximo centenario (en 2030).


El aliento es una expresión de respeto y de confianza


«Alentémonos siempre unos a otros / y avancemos juntos…». Estas palabras del poema de Año Nuevo escrito por el señor Toda son la esencia del budismo, de su práctica y de sus enseñanzas humanísticas.

El aliento no es, de ningún modo, una actividad unidireccional. Es recíproco: alentamos y somos alentados. Como dice el señor Toda, nos infundimos fuerzas y avanzamos juntos.

Y la base del aliento es la confianza, y también el respeto a la otra persona. Para brindar aliento genuino hay que creer sinceramente en la dignidad intrínseca de las personas y en su bondad innata.

Basado en esta poderosa convicción, el presidente Toda alentaba incansablemente a los que vivían abrumados por los sinsabores de su realidad o por el peso de sus sufrimientos kármicos. Para él, cada persona era noble y valiosa porque poseía la naturaleza de buda; con esa conciencia, seguía encendiendo la luz de la esperanza en todos.

Por mi parte, como fiel discípulo del señor Toda, también me he dedicado sin reservas a alentar a los demás.

Encontramos el modelo de este tipo de aliento en el accionar del bodisatva Jamás Despreciar,2 cuya vida se narra en el Sutra del loto.

El nombre «Jamás Despreciar» significa respetar a los semejantes. Porque respetamos la vida de cada persona que está frente a nosotros, podemos ayudarla a tomar conciencia de la valentía interior y a desplegar su fuerza vital inherente. Además, cuando animamos a otros, también nos sentimos animados. Respetar a los demás fortalece y enriquece sin límites nuestra propia vida.


El budismo palpita en nuestro comportamiento como seres humanos


Nichiren Daishonin escribe: «El corazón de todas las enseñanzas que el Buda expuso a lo largo de su vida es el Sutra del loto, y el corazón de la práctica de este sutra se encuentra en el capítulo “El bodhisattva Jamás Despreciar”. ¿Qué significa el profundo respeto que el bodhisattva Jamás Despreciar sentía hacia todas las personas? El propósito con el cual nació en este mundo el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su comportamiento como ser humano».3

Lo que esto pone de relieve, a mi entender, es que nosotros no solo estamos cumpliendo la misión del Kosen-rufu como Bodisatvas de la Tierra4, sino además propagando con entusiasmo la práctica del bodisatva Jamás Despreciar, que es respetar a todas las personas en este mundo saha5 lleno de tribulaciones, en la época de maldad posterior a la muerte del Buda. Esta clase de «comportamiento humano» se refleja exactamente en nuestra acción de alentar a quien tenemos delante; en este compromiso late el corazón de nuestro movimiento de diálogo, basado en el respeto a la dignidad de la vida y a todas las personas.

En el siguiente pasaje que estudiaremos del texto Sobre la profecía del Buda, Nichiren Daishonin traza un paralelo entre él mismo, como devoto del Sutra del loto del Último Día de la Ley, y el bodisatva Jamás Despreciar.



***

"Bajo su custodia [es decir, bajo la protección de las deidades celestiales y funciones benevolentes, y de Bodisatvas numerosos como las partículas de polvo de mil mundos surgidos de la Tierra, el devoto del Sutra del loto], [establecerá y] propagará ampliamente en todas las tierras de Jambudvipa [el mundo entero] el objeto de devoción de la enseñanza esencial, o los cinco ideogramas de Myoho-renge-kyo. 6
Lo mismo sucedió con el bodisatva Jamás Despreciar, que vivió en el Día Medio de la Ley del buda Rey del Sonido Imponente.7 Este bodisatva propagó en toda su tierra, a lo ancho y a lo largo, la enseñanza de los veinticuatro ideogramas que comienza diciendo: «Siento profundo respeto por vosotros...» y fue atacado con palos por toda la población.
Los veinticuatro caracteres de Jamás Despreciar y los cinco caracteres de Nichiren son diferentes en cuanto a las palabras, pero concuerdan con el mismo principio. El final del Día Medio del buda Rey del Sonido Imponente y el comienzo de este Último Día de la Ley son exactamente iguales en cuanto al método de transmisión. El bodisatva Jamás Despreciar fue un practicante que estaba en el nivel inicial del regocijo;8
Nichiren es un practicante común, en el nivel en que se escucha el nombre y las palabras de la verdad".9



Ser felices tal como somos

El presidente Toda explicó este escrito, Sobre la profecía del Buda, en una disertación que dio en enero de 1956, a comienzos de la histórica campaña de Osaka,10 en el Centro Cívico de Nakanoshima. Asimismo, en su ejemplar personal del Sutra del loto, asimismo, había subrayado sobre el «Sutra del loto de veinticuatro caracteres»11 que se menciona en el pasaje anterior.

En su disertación, destacó lo siguiente: «Ni el bodisatva Jamás Despreciar ni el Daishonin adoptaron el aspecto exterior de un buda magnificente, que irradia luz. El Daishonin fue una persona común. El bodisatva Jamás Despreciar fue un practicante en el «nivel inicial del regocijo», es decir, alguien que recién había empezado a practicar».12

En otras palabras, nos estaba diciendo que fuésemos felices tal como somos.


Mantener la alegría de la fe


Un buda del Último Día de la Ley es un ser humano corriente, no un buda resplandeciente con atributos sobrehumanos, de esos que mencionan los sutras como medios hábiles. No necesitamos impresionar a nadie, ni darnos aires de superioridad, ni pretender ser diferentes de lo que somos. Somos personas comunes que vivimos en el mundo saha. Y, como tales, somos budas de manera inherente, dotados de suprema dignidad.

Como lo indica el término «nivel inicial del regocijo», la fe no se mide por el tiempo que llevamos practicando ni por nuestro cargo en la organización. En su disertación Sobre la profecía del Buda, el señor Toda recalcó a los nuevos miembros de Kansai la importancia de mantener siempre fresca y pura la alegría de la fe.


Salir al encuentro de quienes nos rodean


Muchos de los que estuvieron ese día escuchándolo se encontraban en grandes dificultades y en circunstancias muy adversas. Algunos, incluso, vivían con un abatimiento extremo o habían perdido por completo la confianza en sí mismos. Pero el señor Toda les infundió valor, asegurándoles que lo único que necesitaban era transmitir el budismo a otros con convicción, y que, así, manifestarían sin falta el maravilloso estado de budeidad, como el Daishonin prometía en sus escritos, y gozarían de una felicidad absoluta mediante la fe y la práctica. Su insistencia en que podían lograr la budeidad siendo «grandes personas comunes» conmovió profundamente a esas mujeres y esos hombres sencillos y honestos. Colmados de alegría, salieron a hablar a sus conocidos sobre esta filosofía.

Tomando como inspiración la conducta del bodisatva Jamás Despreciar, se mostraban abiertos a dialogar con toda la gente que conocían, veían o se cruzaba en su camino. Les explicaban que podían resolver sus problemas entonando Nam-myoho-renge-kyo, y que si practicaban el budismo de Nichiren iban a ser felices con toda seguridad. Este esfuerzo tenaz en el diálogo abrió el camino para la proeza inmortal que se logró en la campaña de Osaka.

«Es como cuando uno mira un espejo y hace una reverencia: la imagen reflejada también se inclina ante uno». Pusieron en práctica estas palabras del Daishonin —frase que también había subrayado el presidente Makiguchi en su ejemplar del Gosho— y adoptaron la postura de «inclinarse en reverencia», con supremo respeto, ante la naturaleza de Buda de cada persona.


Sensatos y flexibles


Jamás Despreciar no fue, desde ningún punto de vista, un bodisatva eminente. Tampoco se lo describe como un hombre de erudición o de gran sabiduría. Sencillamente, su forma de vivir era respetar a todos los semejantes, declarando: «Siento profundo respeto por vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia».14

Pero las personas a quienes reverenciaba, lejos de tomárselo a bien, reaccionaban con irritación, con desprecio o con sarcasmo, y lo atacaban por su actitud.

Incluso había quienes le arrojaban piedras o querían apalearlo. Cuando esto ocurría, Jamás Despreciar se alejaba a distancia prudencial y, desde allí, volvía a proclamar con la voz en alto: «¡Todos ustedes llegarán a ser budas sin falta!».

Su actitud era sensata y flexible. Evitaba sabiamente que los ataques de los demás le hicieran daño, pero seguía diciendo lo que debía. No había insulto o agresión verbal que lograra desalentarlo, deprimirlo o volverlo pesimista. Respondía con serenidad y sin perder la compostura; así, pudo continuar día tras día su esfuerzo por llegar al corazón de los demás. En esta conducta tenaz, vemos resplandecer el auténtico humanismo.


La importancia del diálogo de vida a vida


Hoy quisiera hacer hincapié en otro aspecto de Jamás Despreciar que me parece digno de observar con detenimiento.

Es cierto que muchos lo trataban con hostilidad, pero finalmente terminaban reconociendo la verdad de sus palabras. Para decirlo de otro modo, el bodisatva Jamás Despreciar sabía transmitir la esencia del budismo conectándose con la vida de cada persona.

El capítulo «Maestro de la Ley» (10.o) señala que aquel que «puede exponer secretamente el Sutra del loto a una persona, aunque sea una sola frase» es el enviado de El Que Así Llega, el Buda, y está llevando a cabo su labor.15

Jamás Despreciar daba lo mejor de sí mismo para enseñar el budismo a la persona que tenía delante. Año tras año se dedicó a buscar incansablemente el diálogo con la gente y a hablar con una persona tras otra. Con esta convicción difundió el «Sutra del loto de veinticuatro caracteres»; es decir, la filosofía humanista de respeto a todas las personas que proclama ese sutra.



***

"Punto Diez, sobre las palabras «cuando las cuatro clases de creyentes de extrema arrogancia […] vieron que él [el bodisatva Jamás Despreciar] adquiría grandes poderes trascendentales y desarrollaba el poder de predicar con agradable elocuencia, así como el poder de una gran bondad y calma, y lo oyeron predicar de este modo, todos abrazaron la fe en él y voluntariamente decidieron ser sus seguidores».16

El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente señala: La palabra «oyeron» se refiere al nivel en que se escucha el nombre y las palabras de la verdad, el segundo de los seis niveles de la práctica. En efecto, este pasaje se refiere al daimoku [Myoho-renge-kyo] que «se predica de manera enérgica, aunque ello los enfurezca»18 [como afirma el décimo volumen de Palabras y frases del «Sutra del loto» de T’ien-t’ai].
[Con respecto a la frase «todos abrazaron la fe en él y voluntariamente decidieron ser sus seguidores» (en japonés, kai shinpuku zuiju):] La palabra «todos» [kai] denota las cuatro clases de creyentes de extrema arrogancia. La palabra «fe» [shin] se refiere a la fe o creencia que no tiene dudas. La palabra «voluntariamente» [fuku o puku], que en sentido literal significa «someter», indica que uno se somete y entrega su plena fidelidad al Sutra del loto. La palabra zui, en el término compuesto zuiju —literalmente, «obedecer y seguir», que en el texto se expresa como «decidieron ser sus seguidores»— significa que la mente de uno se consagra al Sutra del loto. Y la palabra ju quiere decir que el cuerpo de uno se dedica al sutra.
Lo que esto significa, en efecto, es que hoy Nichiren y sus seguidores, los practicantes del Sutra del loto que entonan Nam-myoho-renge-kyo, son los Bodisatvas Jamás Despreciar del Último Día de la Ley".17



Acciones sinceras que transforman a las personas


Esta larga cita del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente confirma la maravillosa verdad de que cada uno de nosotros, los que actuamos por el Kosen-rufu, somos Bodisatvas Jamás Despreciar del Último Día de la Ley.

En este párrafo, el Daishonin comenta que las cuatro clases de creyentes arrogantes —monjes, monjas, laicos y laicas— atacaron y persiguieron al bodisatva Jamás Despreciar finalmente creyeron en sus palabras gracias al poder del «daimoku que se predica de manera enérgica, aunque ello los enfurezca».18

Inmediatamente antes de la frase «cuando lo oyeron predicar de ese modo», el Sutra del loto describe la escena en que las cuatro clases de creyentes arrogantes ven al bodisatva Jamás Despreciar adquirir «grandes poderes trascendentales» y otras capacidades.19 Aquí se pone de relieve una personalidad brillante, que deja una profunda impresión en los demás, y una elocuencia admirable que logra convencer a los otros. Cuando ven al bodisatva Jamás Despreciar desplegar estas cualidades, las personas arrogantes y que lo habían tratado con desdén se sorprenden, comprenden su error y reconocen el calibre de quien tenían delante.

El budismo existe para ser personas victoriosas. Si nos dejamos derrotar por la persecución y abandonamos nuestra práctica de no menospreciar a los demás, estamos rindiéndonos ante las funciones demoníacas de la arrogancia. Como el bodisatva Jamás Despreciar persistió en su tarea hasta el final, «todos abrazaron la fe en él y voluntariamente decidieron ser sus seguidores».20 Este fue el triunfo de su práctica sincera y pura, consistente en creer en la naturaleza de buda de todas las personas, aun si estas lo perseguían o se burlaban de él.

Las acciones del bodisatva Jamás Despreciar, con su respeto a todos, envolvían a cada persona con la cálida luz de su bondad y amor compasivo. De esa manera fueron transformando la mente de quienes lo atacaban con enorme soberbia. Esto se debió al poder del «daimoku que se predica de manera enérgica, aunque ello los enfurezca».


Crear una sociedad cimentada en el respeto a todos


El doctor Glenn Paige (1929-2017) fue un reconocido académico de las ciencias políticas dedicado al ideal de una «sociedad donde no haya matanzas». En el encuentro que mantuve con él dialogamos sobre el espíritu y la conducta de Jamás Despreciar.

Expliqué que este bodisatva había perseverado y resistido ante la violencia física y verbal y, consciente de la naturaleza de buda de todas las personas, había mantenido el respeto a todos, ajeno a cualquier clase de menosprecio.

Observé que era fácil responder a la violencia con violencia, pero que eso no iba a poner fin al ciclo del mal. Por otro lado, soportar la violencia en silencio sin contraponer ninguna acción para detenerla no hará más que alentar su reiteración. En cambio, debemos luchar sin concesiones, con un poderoso compromiso con la no violencia, contra toda forma de agresión que lesione la dignidad humana. Esa —dije en esa ocasión— es la práctica del budismo.

Agregué que, en el corazón de quienes se consagran a esta batalla por proteger la dignidad de la vida, resuena un canto de victoria. Y opiné que forjar esta clase de activistas y crear un clima social de no violencia es la forma de construir las bases de la paz duradera.

El doctor Paige se mostró totalmente de acuerdo. Nuestro movimiento global, dedicado a la causa del bien, está recreando la práctica del bodisatva Jamás Despreciar en la época actual, mientras continuamos con nuestra lucha por la paz.


«Porque allí hay personas»


Este año hemos celebrado el 75.° aniversario de la Soka Gakkai Internacional (SGI), fundada en Guam en 1975 (el 26 de enero).

En ese momento, el mundo estaba dividido en los bloques occidental y oriental, y atravesado por la tensión de la Guerra Fría. Ese día, asistí a la reunión inaugural con la férrea determinación de que superaríamos esa brecha profunda, acercaríamos a las personas y abriríamos un camino seguro hacia la unión de la humanidad.

Precisamente por eso, un año antes (en 1974) había viajado a las dos potencias comunistas, la Unión Soviética y la China, con el afán de abrir puertas a una relación de amistad.

Cuando me reclamaron por qué quería viajar a países que rechazaban la religión, contesté: «Porque allí hay personas. E iré para encontrarme con ellas».


Una red de ciudadanos que abraza el mundo


El budismo de Nichiren existe para promover el bienestar de todas las personas. Por ende, debemos actuar como lo hizo el bodisatva Jamás Despreciar, respetando a las personas y deseando que cada una de ellas brille al máximo. No estamos aquí para edificar nuestra felicidad aun a costa de la desventura de otros. Antes bien, el propósito de la Soka Gakkai es crear una época en que todos podamos vivir con genuina dignidad; abrir camino a la paz y la felicidad de cada persona, y garantizar la seguridad y la protección de nuestra comunidad global. Nuestra red Soka de ciudadanos del mundo ha aparecido en escena con esta noble y prodigiosa misión.

Desde la inauguración de la SGI, ya han transcurrido cuarenta y cinco años. En este tiempo, nuestra organización —que entonces existía en 51 naciones— se ha expandido a 192 países y territorios, y las actividades de nuestros miembros del mundo salen publicadas a diario en el Seikyo Shimbun, el diario de la Soka Gakkai.


Encarnar el espíritu y la práctica del bodisatva Jamás Despreciar


Hoy tenemos camaradas en Ushuaia, Argentina, una de las ciudades más australes del mundo; también en Vladivostok, Rusia; en la República de Cabo Verde, sobre el océano Atlántico, y en la histórica Cracovia, en Polonia.

Han surgido Bodisatvas de la Tierra dinámicamente en la India, cuna del budismo, y en toda Asia, así como también en Europa, África, América del Norte y del Sur, y Oceanía.

En cada rincón del mundo, nuestros miembros están manteniendo animados diálogos que brindan aliento a mucha persona. Ellos atesoran a cada persona, trabajan por la felicidad propia y del prójimo, y transforman su karma en misión; hacen juntos su revolución humana mientras se esfuerzan por expandir nuestra red para la paz.

No es exagerado decir que estas historias conmovedoras simbolizan el espíritu y la práctica del bodisatva Jamás Despreciar, quien reconocía y veneraba la noble naturaleza de buda en la vida de cada persona.


¡Lo que hagamos hoy definirá nuestro futuro!


Cuando se fundó la SGI —lo cual fue para nosotros un nuevo impulso en nuestro viaje hacia la paz y el Kosen-rufu— apelé a todos los representantes allí reunidos, a quienes me unían profundos lazos kármicos y una gran misión: «Tal vez todavía no lleguen a verlo, pero dentro de 50 o de 100 años, el significado de este día brillará mucho más intensamente. […]. Lo que hagan a partir de este momento determinará el futuro de nuestro mundo».

Decidamos iniciar una nueva marcha, con determinación renovada, preguntándonos: «¿Qué puedo hacer a partir de hoy?».

Lo más importante que podemos hacer es seguir avanzando, seguir buscando el diálogo valiente con quienes nos rodean y alentándonos mutuamente como Bodisatvas Jamás Despreciar de la Soka, por la felicidad y la victoria de nosotros y de los otros. Cada paso que damos abre una grandiosa ruta de esperanza hacia el porvenir.

Nuestro desafío acaba de comenzar. ¡Trabajemos mucho más aún con la misma postura del bodisatva Jamás Despreciar, para crear un siglo de respeto a la dignidad de la vida, una centuria de humanismo donde todas las personas puedan brillar!


(Traducción del artículo publicado en la edición de enero de 2020 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai).

1 Referencia a la transmisión del budismo hacia el oeste. También se conoce como el retorno del budismo hacia Occidente. Nichiren Daishonin predijo que su budismo del sol se propagaría desde el Japón hacia el oeste, regresando a los países por los cuales se había transmitido originariamente, para luego diseminarse al mundo entero. Véase Sobre la profecía del Buda, en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 422.
2 Jamás Despreciar es un bodisatva descrito en el capítulo homónimo (20.o) del Sutra del loto. Este practicante, que en existencias posteriores sería el propio Shakyamuni, vivió a fines del Día Medio de la Ley de un buda llamado Rey del Sonido Imponente. Se inclinaba ante cada persona que tenía delante y decía: «Siento profundo respeto por vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia. ¿Y por qué? Porque todos practicaréis el Camino del bodisatva y entonces seréis capaces de conseguir la Budeidad». El Suta del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 20, pág. 264. Sin embargo, la respuesta de las personas arrogantes era atacarlo con palos y varas, y apedrearlo. El sutra explica que esta práctica fue la causa que le permitió al bodisatva Jamás Despreciar lograr la budeidad.
3 Las tres clases de tesoros, en END, pág. 893.
4 Bodisatvas de la Tierra: Innumerables Bodisatvas que aparecen en el capítulo «Surgir de la tierra» (15.°) del Sutra del loto, a quienes Shakyamuni confía la tarea de propagar la Ley después de su muerte. En el capítulo «Poderes sobrenaturales» (21.o), ellos juran difundir la enseñanza del Buda en el mundo saha, y en la época perversa correspondiente al Último Día de la Ley, liderados por el bodisatva Prácticas Superiores.
5 Mundo saha: El mundo en que vivimos los hombres, colmado de sufrimientos. A menudo se lo traduce como «mundo donde se resiste». saha, en sánscrito, denota la tierra; deriva de una raíz que significa «soportar» o «resistir». Por tal razón, en las versiones en chino de las escrituras budistas, saha se traduce como «resistencia» o «tolerancia». En este contexto, «mundo saha» significa el lugar donde los seres humanos se exponen a padecer sufrimientos.
6 Myoho-renge-kyo se escribe con cinco ideogramas chinos, mientras que Nam-myoho-renge-kyo se escribe con siete (namu o nam se componen de dos caracteres). El Daishonin a menudo usa Nam-myoho-renge-kyo como sinónimo de Myoho-renge-kyo en sus escritos.
7 Rey del Sonido Imponente: Buda mencionado en el capítulo «El bodisatva Jamás Despreciar» (20.o) del Sutra del loto. El bodisatva Jamás Despreciar vivió en el Día Medio de la Ley del buda Rey del Sonido Imponente, cuando el budismo se hallaba en declinación y había monjes arrogantes que se valían de su gran autoridad.
8 El «nivel inicial del regocijo» y el «nivel en que se escucha el nombre y las palabras de la verdad» se refieren a los estadios iniciales de la práctica que enseña el budismo.
9 Sobre la profecía del Buda, en END, pág. 421. Escrito fechado el 11 de mayo de 1273, mientras el Daishonin residía en Ichinosawa, isla de Sado, donde se hallaba cumpliendo su condena al exilio. En este texto, predice la transmisión del budismo al oeste.
10 Campaña de Osaka: En mayo de 1956, los miembros de Kansai, unidos en torno al joven Daisaku Ikeda, quien había sido enviado a ese lugar por el presidente Toda para servirles de apoyo, lograron el ingreso de 11.111 nuevas familias a la Soka Gakkai, como practicantes del budismo Nichiren.
11 Sutra del loto de veinticuatro caracteres: Palabras con que el bodisatva Jamás Despreciar elogiaba a todas las personas. Según el capítulo homónimo (20.°) del Sutra del loto, cada vez que se encontraba con un monje. monja, laico o laica, este bodisatva se inclinaba en reverencia y decía: «Siento profundo respeto por vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia. ¿Y por qué? Porque todos practicaréis el Camino del bodisatva y entonces seréis capaces de conseguir la Budeidad». Véase El Sutra del loto, cap. 20, pág. 264. Sus palabras, que en la traducción de Kumarajiva al chino se escriben con veinticuatro ideogramas, resumen la enseñanza central del Sutra del loto de que todas las personas pueden lograr la budeidad. Por eso se las conoce como el «Sutra del loto de veinticuatro caracteres».
12 Toda, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 6, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1986, pág. 487.
13 The Record of the Orally Transmitted Teachings ( Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente ), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 165.
14 Sutra del loto, cap. 20, pág. 264.
15 En el capítulo «El maestro de la Ley» (10.o) del Sutra del loto se lee: «Si uno de estos buenos hombres y estas buenas mujeres, en la época posterior a mi extinción puede exponer secretamente el Sutra del loto a una persona, aunque sea una sola frase, debes saber que esa persona es el enviado de El Que Así Llega [es decir, el Buda]. Ha sido despachado por El Que Así Llega para llevar a cabo su labor”. Véase El Sutra del loto, cap. 10, pág. 160.
16 El Sutra del loto, cap. 20, pág. 265.
17 Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente , pág. 155. El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente es una obra en dos volúmenes que recoge las conferencias dictadas por Nichiren Daishonin sobre ciertos pasajes clave del Sutra del loto, durante sus años en el monte Minobu. Fue compilada por Nikko Shonin. Este pasaje es el décimo punto de la sección «Vigésimo capítulo: El bodisatva Jamás Despreciar. Treinta puntos importantes».
18 Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente , pág. 155. En el décimo volumen de Palabras y frases del «Sutra del loto», de T’ien-t’ai, se describe el acto de transmitir la enseñanza correcta de manera enérgica o tajante a quienes no desean escucharla, para ayudarlos a crear un lazo con el budismo.
19 Véase El Sutra del loto, cap. 20, pág. 265.
20 Ib.